La diabetes es una enfermedad que siempre ha estado presente en la historia de mi familia, mi abuela materna murió por complicaciones de la diabetes y mi padre, al igual que varios de mis tíos, la desarrollaron. Al llegar a la adolescencia me recomendaron realizarme una prueba de glucosa cada año; y ahora, en la adultez hago dos en el mismo período de tiempo. Cuando terminé mi segunda década de vida, noté mareos y malestares, entonces el médico me indicó que tenía que controlar los triglicéridos y el colesterol, porque mi estilo de vida, entre varias sodas al día, una buena cantidad de estrés y frituras podían eventualmente pasarme factura y desarrollar esa terrible enfermedad.
Lo que en algún tiempo se consideró como una maldición familiar, hoy lo entendemos como una predisposición genética que logra que ciertos individuos desarrollen la diabetes. El último estudio sobre la diabetes que la revista Nature publicó en diciembre de 2013, consistió en una investigación a 8,214 latinoamericanos en donde se analizaron 9,2 millones de variaciones en la secuencia de ADN que afectan a una sola base nitrogenada. Lo que se descubrió fue que la diabetes tipo 2 está asociada a un gen llamado SLC16A11 y del cual la mitad de la población latinoamericana con ascendencia nativa lo posee.
Lo interesante es que dicho gen recientemente se encontró en un estudio genético elaborado a partir de los restos de Hombre de Neandertal de la cueva Denisova en Siberia. Los neandertal eran una especie –hoy extinta- del género homo, los cuales habitaron Europa, Medio oriente y Asia hace entre unos 230 mil años y que desaparecieron hace tan solo 28 mil años.
Siempre fue un misterio antropológico definir cuales fueron la causas que los neandertal se hayan extinto, al parecer la presión del hábitat por otra especie, el homo sapiens (nosotros), fue una de las causas de su desaparición.
Hasta hace muy pocos años, hemos considerado que los neandertales no fueron extintos a la fuerza, sino que los absorbimos a nuestra especie, es decir antiguos humanos formaron pareja con neandertales y generaron linajes mixtos, donde a la vuelta de los milenios y por una mayor cantidad de homo sapiens, la genética neandertal quedó prácticamente diluida en nuestra humanidad.
Hoy el estudio publicado en Nature refiere que un gen neandertal predispone de cierta forma a muchas familias latinoamericanas para desarrollar la diabetes tipo 2, probablemente y sin saberlo, desde la distancia de la prehistoria he combatido con mi antepasado neandertal para que su gen no se active y desarrolle este trastorno metabólico.
Hoy me pregunto, ¿Ganaré la batalla?