Réplica de garra de Velociraptor, el fósil original se encuentra en el Instituto de Paleobiología de la Academia Polaca de Ciencia, en Varsovia.

Desde hace varios años guardo una réplica de una garra de Velociraptor en un mueble de la universidad en donde trabajo. En ocasiones a los estudiantes les llama la atención y preguntan por ella, les digo que es una réplica en plástico, que si fuera original costaría miles de dólares y probablemente se expondría en un museo. Siempre terminamos hablando sobre los Velociraptores, y siempre hacemos mención de la película Parque Jurásico, al parecer hoy en día la imagen mental que tenemos de los velociraptores es según la versión de Steven Spielberg.

La ciencia comenzó a descubrir a los velociraptores a finales de la década de 1960, los paleontólogos llegaron a la conclusión que había toda una familia biológica de un nuevo tipo de dinosaurio, la cual bautizaron con el nombre de Dromaesauridos, para entonces se encontraron fósiles en varios sitios de Asia, Norte América y luego Europa Oriental. Esta nueva familia rompía la vieja idea que consideraba a los dinosaurios como gigantes y estúpidos.

Los Dromaeosauridos tenían un tamaño que no sobrepasaba a un humano adulto, su anatomía demostraba que eran ágiles y veloces cazadores, poseedores de colas rígidas pero sobre todo de pequeños dientes pequeños muy afilados y enormes garras que permitían romper el tejido muscular de su presa. La evolución les había provisto de una uña en forma de garfio en el segundo dedo de sus patas posteriores, esa garra ha sido una de sus características principales.

Se les considera que fueron animales muy inteligentes, que usaban diferentes estrategias para cazar, posiblemente en manada, pobladores del último período geológico de la Era Mesozoica, el período Cretácico.

Entre todos los Dromaeosauridos el más famoso es el Velociraptor (“saqueador veloz”), uno de los fósiles más destacados fue el que se descubrió en 1971 en Mongolia, ahí el animal había muerto atacando a un Protoceraptops, al parecer entraron en batalla y ambos cayeron rodando por una ladera la cual se derrumbó y los dejó atrapados por millones de años, hasta que los científicos los descubrieron.

Eso sí, cuando pensamos en dinosaurios hay que considerar dos cosas, primero que muchos tenían plumas y eran de colores, probablemente vistosos, tal como son los pájaros de nuestro tiempo. En 2007 Alan Turner, Peter Makovicky y Mark Norell publicaron en la revista Science el artículo “Feather Quill Knobs in the Dinosaur Velociraptor” indicando el descubrimiento que en los brazos de los Velociraptores tenían pequeños agujeros en donde con seguridad salían plumas (imagen inferior).

Por otro lado, Mark Norell y Peter Makovicky ya habían encontrado en 1997 un “hueso de la suerte” o Fúrcula, en un fósil de un Dromaeosaurio. Este hueso en la actualidad es privativo de las aves, pero se han encontrado en muchos dinosaurios, incluso en Tiranosaurios.

Para hacerse una imagen real de un Velociraptor, hagamos un ejercicio mental, deseche la imagen de Parque Jurásico de su cabeza y piense en un pollo, pero sin su dócil y asustad

Foto de un fósil de un Deinonychus, un dinosaurio pertenecía a un grupo de dinosaurios de la familia de los Dromaeosauridae, es decir que es pariente de un Velociraptor. Sus manos y pies estaban equipados con garras afiladas para atrapar y agarrar la presa. Huesos huecos de los dinosaurios y las piernas largas indican movimiento rápido y ágil. Foto por Jorge Colorado en el Museo Americano de Historia Natural en New York, EEUU

izo carácter, conviértalo en una fiera, recuerde que los pollos por lo general son ágiles, así que transformándolo en raptor, se convertirá en un enemigo de mucho cuidado.

Sigamos con el ejercicio mental, ahora imagine el pollo del tamaño de un perro gran danés, retírele la mayoría de sus plumas y déjele unas muy pequeñas sobre su lomo y cabeza, quizás en forma de pelitos; eso sí, en sus alas déjele una 14 plumas largas y de colores, coloque el color a su predilección, pues no sabemos cual pudo ser, sea imaginativo, vea que los gallos tienen colores muy llamativos, esto debido a una necesidad biológica de presentarse ante sus congéneres. Por otro lado habría que considerar que si estos animales atacaban, quizás sus plumas no fueran tan coloridas, quien sabe, es un tema de debate.

Ahora transforme las alas del pollo en brazos, los cuales terminan en unas manos monstruosas con grandes uñas.

Retírele el pico y reemplácelo por una trompa relativamente larga, en sus fauces póngale pequeños dientes muy afilados, y ahora su coloque su característica más destacada, transforme sus patas, en lugar de cortas uñas de los pollos de hoy, agréguele grandes garras, sobre todo una enorme en forma de garfio en un dedo de cada pie.

Y tendrá a un Velociraptor.
Entonces se dirá que por suerte están extinto.

 

Artículo original publicado en La Prensa Gráfica 14 Abril 2015

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